
Publicado: 04/10/2015
Entre
los productos más típicos de Canarias
y menos conocidos fuera de las islas se encuentra el almogrote. Una delicia
para untar cuya historia se remonta a los tiempos de la invasión romana de la
península. Los romanos, sobre todo los nobles romanos, descubrieron los
placeres de la buena comida y aprovecharon sus conquistas para renovar los
platos que servían en sus mesas con carnes de las procedencias más remotas.
Para acompañar estos platos solían servir diferentes salsas, una de ellas, el
moretum, se elaboraba con la mezcla de queso, aceite, vino, vinagre y
diferentes especias.
Bajo la dominación romana, en la península se establecieron varias colonias de
hebreos que, pese a las limitaciones alimentarias que les imponía su credo,
adaptaron tanto algunos platos de la cocina local como de la invasora, uno de
los platos adaptados fue precisamente el modreto (una adaptación del moretum)
que, con la influencia del árabe, terminó por transformarse en al-modreto.
Cuando en 1492, los judíos fueron expulsados de España, muchos se establecieron
en el norte de África, los más para continuar su camino hacia territorios del
imperio otomano pero algunos grupos se establecieron en las Islas Afortunadas
donde adaptaron el al-modreto a los ingredientes locales: El queso curado de la
Gomera y la pimienta palmera. La evolución del lenguaje terminó por convertir
el al-modreto en el almogrote, y de ahí pasó a convertirse en uno de los productos más típicos de Canarias que no suele faltar en ninguna
celebración local.
Hace más de 20 años, cuando fundamos Argodey
Fortaleza, el almogrote fue uno de los primeros productos que nos decidimos
a envasar.